¿Qué es la cuperosis?

La cuperosis es un problema estético que afecta a personas de piel sensible, blanca y fina. Son personas que muy a menudo sufren enrojecimiento y calor en el rostro, provocado por diferentes estímulos como cambios bruscos de temperatura, comidas picantes, sustancias irritantes, ciertos estados emocionales, etc.

Estos estímulos provocan dilatación de los vasos sanguíneos, provocando que llegue de repente mucha sangre al rostro, y es esto lo que produce las rojeces y la congestión.

Cuando estos episodios son muy frecuentes, llega un momento que los vasos sanguíneos del rostro van perdiendo la capacidad de volver a su estado normal, así que permanecen siempre dilatados. Tanto, que empiezan a verse a simple vista.  Se ven como filamentos en forma de araña de color rojo en las mejillas, aletas de la nariz y mentón. El nombre técnico para estas “arañas” es “Telengiectasias”.

La cuperosis no es una enfermedad ni un problema grave, pero sí que afecta negativamente a las personas que la sufren. Las rojeces contínuas y arañitas en el rostro son antiestéticas y molestas, e incluso a veces vienen acompañadas de sensación de quemazón, picor y calor intenso.

Si tienes cuperosis, tienes que saber lo importante que es cuidar e hidratar muy bien tu piel, ya que podría evolucionar a un problema de rosácea con el paso del tiempo.

Cómo prevenir la cuperosis.

En las pieles sensibles, con tendencia a las rojeces, es muy importante mantener la piel en buen estado para evitar empeoramientos. Los expertos dicen que la cuperosis es el primer paso para la rosácea, pero podemos impedirlo con un buen plan de cuidados para tu piel.

Unas medidas generales de prevención serían:

  • Evita los cambios bruscos de temperatura. Parece fácil conseguirlo, pero no lo es. Sobre todo en invierno, cuando pasamos del frío de la calle al calor exagerado que hay en muchos sitios con calefacción. Te aconsejo que cuando entres en un sitio con calor, antes de que empieces a ponerte roja como un tomate y a sentir la congestión en tu rostro, liberes de abrigo tu cabeza y la zona de cuello y escote. Las aguas termales de tamaño bolsillo para llevar en el bolso son geniales. Rocía tu piel con una nube de agua termal fresquita que además te hidrata momentáneamente.
  • Evita el consumo de tabaco y excitantes como el café o el té. 
  • Lo mismo con las otras sustancias que pueden provocar empeoramiento de la cuperosis, como especias,  alimentos demasiado calientes, alimentos picantes y el consumo de alcohol. Tú sabes mejor que nadie qué tipo de bebidas o sustancias empeoran la situación. Si no lo tienes claro, te animo a probar eliminando una a una y comprobando la mejoría.
  • Utiliza cosméticos adecuados para pieles sensibles e intolerantes. Suelen ser cosméticos muy hidratantes y ricos, y suelen contener sustancias vasoprotectoras y calmantes. Dentro de la línea de Máyikas, te recomiendo SENS.
  • Evita los productos irritantes y los perfumes. Dentro de “productos irritantes” hay muchos, ya lo sé. Yo empezaría por eliminar los geles de limpieza. Sustitúyelos por limpiadores suaves para piel sensible y preferentemente aguas micelares y bálsamos sin aclarado.
  • No utilices exfoliantes.
  • Usa fotoprotección a diario.
Cosméticos Cuperosis

Cosméticos cuperosis

Cuperosis Tratamiento Cosmético

Si sufres cuperosis, los cosméticos que utilices tienen que cumplir estos dos objetivos:

  1. Conseguir que tu piel no se irrite. Evita los cosméticos sofisticados con formulaciones complicadas. Acostúmbrate a escudriñar la composición de los cosméticos que utilices, para escoger los más sencillos y naturales. Créeme que no hace falta que la lista de ingredientes sea interminable para que los cosméticos sean efectivos. Evita también los productos muy perfumados.
  2. Tratar la reactividad: Para ello los cosméticos incluyen sustancias calmantes y sustancias vasoprotectoras, como la caléndula, aloe, hamamelis, pepino, mimosa, ruscus, castaño de indias.

Es preferible utilizar productos especiales para piel sensible, ya que tienen ingredientes sencillos, tensioactivos suaves, y están libres de perfumes.

Para desmaquillar o limpiar el rostro, utiliza aguas micelares, leches desmaquillantes y tónicos sin alcohol.

Las rojeces y las venitas mejoran con la aplicación de sustancias descongestionantes y vasoconstrictoras, como el meliloto, el regaliz, rusco, castaño de indias, manzanilla, semillas de la vid.

Otras sustancias de acción calmante son  el dexpantenol, el alfabisabolol y el azuleno (componentes de la manzanilla), también el ácido glicirrético (componente principal del regaliz)

También es aconsejable el uso de aguas termales, por su contenido en sales y oligoelementos.

¿Qué es la rosácea?

La rosácea sí es una enfermedad dermatológica. Comienza con una piel sensible, que puede ser grasa o seca, y una vasodilatación (cuperosis) que pasa de frecuente a permanente. La vasodilatación permanente hace que se produzca un encharcamiento de la piel, que se infecta con microorganismos apareciendo lesiones tipo acné, granos, pústulas, espinillas y poros abiertos.

Es un proceso crónico, y se presenta con brotes o épocas de empeoramiento y otras épocas en las que desaparece. El estrés parece que tiene mucha importancia en la aparición de los brotes.

Suele darse principalmente en la cara, y afecta a la zona de mejillas, nariz, pómulos, mentón y frente.

Por supuesto, hay diferentes fases de la enfermedad, y diferentes casos mas o menos graves.

En casos mas graves pueden afectarse otras partes del cuerpo, como la zona del escote, espalda o el cuero cabelludo. También es frecuente que la rosácea provoque problemas oculares como blefaritis, orzuelos, sequedad ocular e intolerancia a las lentillas.

Cosmética natural. Cuperosis y rosácea

Tratamiento de la rosácea

Puesto que la rosácea es una enfermedad, lo primero que hay que hacer si sospechas que puedes sufrirla, es acudir al dermatólogo. Este especialista te recetará un tratamiento farmacológico adecuado a la fase de la enfermedad en la que te encuentres y a la gravedad. 

Puesto que buena parte del problema parece que es la sobreinfección del tejido dérmico y epidérmico, el tratamiento farmacológico suele ser con antibióticos, tanto tópicos como orales en casos más graves.

En algunos casos se obtienen buenos resultados con probióticos. Son microorganismos “beneficiosos” que forman parte de nuestra propia flora, los microorganismos que viven de forma natural en nuestra piel. Muchas enfermedades de la piel pueden estar causadas en parte por la pérdida de nuestra flora cutánea, y se obtiene una gran mejoría si la restablecemos.

 

Rosácea: Cuidados cosméticos y dietéticos.

Evita ingerir alimentos de los llamados “liberadores de histamina”, que son: el chocolate, las grasas, el alcohol, los frutos secos, los picantes, el marisco, los embutidos con especias, salsas, quesos curados, comida rápida.

No expongas tu cara al sol y utiliza fotoprotección a diario. La protección solar de tu cara debe ser de alta, y muy importante que sea no grasa, por ejemplo una emulsión ligera o un gel.

No te olvides de la fotoprotección a diario. A mi me gustan mucho las fórmulas oil free con factor de protección +50.

Para tu limpieza facial usa productos muy suaves que no agredan la barrera lipídica y que no resequen tu piel. Es aconsejable que utilices productos sin aclarado, para evitar la tirantez que provoca el agua en las pieles sensibles. Si quieres utilizar tónico, que no contenga alcohol.

Evita los cambios bruscos de temperatura, así como el frío y el calor intenso. Y lleva siempre en el bolso un agua termal de bolsillo para rociar tu piel cuando la sientas congestionada.

Mantén tu piel muy bien hidratada, y utiliza para ello cremas suaves para piel sensible.

Para minimizar las lesiones tipo acné, evita las grasas en los cosméticos, elige cremas especiales para acné o piel grasa, como nuestra Alma Verde Ligera con extracto de Manzana bio.