LA LUZ AZUL : ¿Te vienen a la mente imágenes de rayos azules atravesando el espacio para llegar a la Tierra? (a mí sí). Pero puedes estar tranquila, que no va de eso. Voy a explicarte de lo que hablan cuando dicen “luz azul” y cómo  puede perjudicar a tu salud. Y por supuesto te hablaré de sus efectos en tu piel y cómo puedes prevenirlos.

Lo primero es lo primero: ¿Qué es la luz azul?

La luz azul lleva en el mundo desde que es mundo, porque es uno de los diferentes tipos de radiaciones que forman la luz del sol. La radiación solar contiene radiaciones con diferentes longitudes de onda y energías. Las que llegan a la superficie terrestre y nos afectan directamente son:

  • Radiación ultravioleta A y B: Son las causantes de las quemaduras solares, el fotoenvejecimiento, cáncer de piel, manchas solares, etc. Las conoces, has oído hablar mucho de ellas porque durante los últimos años nos han informando muy bien sobre sus peligros. Las cremas de protección solar las utilizas para bloquear en lo posible estas radiaciones.
  • La radiación visible: se llama así porque es la radiación “visible” por el ojo humano. Cuando vemos un objeto es porque ese objeto está iluminado por la luz visible. Dentro del espectro visible hay luz roja, naranja, amarilla, verde, cian, azul y violeta.

Así que como ves, la luz azul o luz visible del alta energía (HEVL por sus siglas en inglés) ha estado siempre ahí, formando parte de la luz solar. Y hasta ahora nunca nos había dado ningún disgusto…

La luz azul de las pantallas aumenta de intensidad a medida que disminuye la luz ambiental

¿Por qué la luz azul es ahora peligrosa?

Lo que ha pasado es que la luz azul ha entrado en tu casa por la puerta grande. Es la radiación que emiten todas tus pantallas: televisor, ordenador, tablet, móvil….. Suma y sigue. Y la cantidad de tiempo que pasamos al día frente a una pantalla aumenta exponencialmente. En Europa, ya son alrededor de tres horas diarias, mientras que en los Estados Unidos y Japón actualmente son más de cuatro horas al día. ¡Y eso es sólo un promedio!

Y como siempre, el exceso suele traer consigo daños.

 

¿Puede afectar a tu salud?

¿Cómo afectan las pantallas a nuestros ojos? ¿Pueden alterar el ciclo del sueño? ¿Tienen relación con la obesidad y la depresión? ¿Qué efectos pueden tener en la piel?

Ya existen estudios que demuestran daños de la luz azul en la vista, como irritación ocular, cansancio y fatiga visual. También posibles daños en la retina y tensión ocular.

¿Recuerdas cuando tu madre te decía que si mirabas la tele tan cerca te podrías quedar ciega? Pues exageraba quizá un poquito.  Pero como siempre, y posiblemente sin saber nada sobre luz azul….. también tenía razón en esto.

Por otro lado, parece que también hay evidencias de que este tipo de luz tiene otros efectos en la salud, como falta de concentración e insomnio. Por ejemplo, se sabe que cuando llevamos nuestros teléfonos a la cama con nosotros o nos quedamos hasta tarde frente al televisor, la radiación azul altera el ritmo circadiano de tu cuerpo y el patrón del sueño.

Y por si fuera poco…. ¡también envejece!

La luz azul penetra en tu piel hasta las capas profundas. En este esquema puedes ver el grado de penetración de las diferentes radiaciones dentro de la piel. Fíjate en La luz visible: es capaz de penetrar más profundamente que la radiación ultravioleta A y B.

 

Foto extraída de “farmaceuticasdebarcelona.org”

Una vez que alcanza la dermis, allí desencadena la formación de radicales libres. Ellos son los responsables principales del envejecimiento prematuro de la piel. Las consecuencias son:

  • Pérdida de elasticidad
  • Sequedad
  • Arrugas
  • Manchas oscuras

También actúa como un factor de estrés en tu piel. Como consecuencia, las células pierden la energía y aumenta la fatiga. La renovación celular y el metabolismo de las células se vuelve lento, y la piel aparece apagada, pierde tono, vitalidad, luminosidad.

  • Piel apagada y sin luz
  • Aspecto cansado

Y el mejor ataque es una buena defensa.

1.-Bloquea la luz azul antes de que llegue a tu piel.

Existen protectores para pantallas que filtran la luz azul. Cuanta más radiación bloquees, menos le llega a tus ojos, a tu cerebro y a tu piel.

También hay gafas especiales con filtro protector para luz azul.

Los protectores solares habituales pueden ser útiles para bloquear la luz visible si contienen filtros físicos como el dióxido de Titanio o el Oxido de Zinc, que rebotan la luz y no la dejan penetrar en la piel.

La protección frente a la luz azul es el nuevo reto de la industria cosmética, y seguro que pronto descubriremos nuevos sistemas de protección y nuevos ingredientes naturales protectores.

2.- Compensa el estrés oxidativo

Una dieta rica en antioxidantes a lo largo del día ayudará a neutralizar los radicales libres.

Por la mañana, al mediodía y por la noche, come frutas y verduras de colores vivos. Alimentos con alto poder antioxidante son: los aguacates, las bayas (moras, fresas, frambuesas, arándanos, etc.), brécol, repollo, coles, zanahorias, cítricos, uvas (contienen hasta 20 antioxidantes diferentes), cebollas (sobre todo las moradas),  espinacas y tomates. Por regla general, todos los vegetales con colores fuertes, son ricos en antioxidantes. Puedes consultar este post anterior si quieres leer algo más sobre Antioxidantes:

Para compensar el daño en tu piel, utiliza cosméticos antioxidantes y antiradicales libres. Los llamados Filtros Biológicos son antioxidantes que consiguen frenar y reparar los estragos que causan las radiaciones en tu piel.

Entre ellos, los Polifenoles de algunos extractos vegetales, como la Hiedra, Hamamelis, Manzanilla, Caléndula, Centella, Mimosa, Mirtilo, Ginkgo biloba…., tienen una capacidad antioxidante muy elevada y pueden ayudarte a revertir el daño oxidativo de la radiación azul.

Si quieres saber más sobre filtros biológicos, echa un vistazo a este post:

https://www.mayikas.es/filtros-biologicos/

¿Mi recomendación?

Reduce el tiempo que pasas frente a pantallas digitales.

Utiliza protector solar a diario.

Añade una crema natural con polifenoles vegetales para protegerte de la oxidación: Por el día debajo del protector solar, y por la noche para regenerar tu piel mientras duermes.

Y sobre todo, pasea, corre, haz yoga, futbol, baloncesto, lee, pinta, toca el piano o haz lo que te apetece.

Y siéntete bien en tu piel.