La higiene facial es algo más que lavarse la cara. Se trata de eliminar la suciedad de tu piel de forma correcta, con la frecuencia y los productos adecuados para cada tipo de piel. La rutina de limpieza de la noche, antes de irnos a dormir, es muy importante para la renovación celular. Sin embargo muchas veces la olvidamos, o simplemente no la hacemos porque nos da pereza, estamos agotadas, o porque tenemos la falsa creencia de que sólo es necesario si nos hemos maquillado.

¿Por qué tienes que limpiarte la piel aunque no te hayas maquillado?

Porque a lo largo del día, has caminado por las calles plagadas de coches, has estado en contacto con ambientes diferentes, has trabajado duro, has ido corriendo de aquí para allá, y  sobre tu piel se han ido depositando:

  • Pequeñas partículas y sustancias químicas de la contaminación ambiental.
  • Sudor (aunque no hayas hecho deporte).
  • Sebo producido por tu propia piel.
  • Microorganismos, tanto los propios de tu piel como otros externos.
  • Células muertas que se producen por el proceso natural de renovación celular.
  • Si además te has maquillado, hay que añadir los restos del maquillaje: pigmentos, grasas, etc.

Esta combinación de partículas, secreciones y células muertas, forman una película de suciedad sobre tu piel que tapona los poros, favorece el crecimiento de microorganismos e impide que las células puedan realizar correctamente sus funciones vitales. Así que se podría decir que muchos de los problemas que te preocupan de tu piel, como los poros dilatados, el acné o el aspecto apagado, pueden ser debidos a que tu rutina de limpieza falla.

 

¿Cómo debe ser tu rutina de limpieza facial?

  • Limpia la piel de tu rostro una o dos veces al día. Lo ideal es hacer una limpieza por la mañana y otra por la noche, pero no tienen por qué ser iguales. Puedes por ejemplo utilizar por la mañana un jabón, gel o espuma con aclarado, y por la noche un agua micelar, aceite, leche limpiadora u otro.
  • El agua por sí sola no limpia la suciedad de naturaleza grasa, así que tienes que utilizar cosméticos de limpieza.
  • Utiliza productos especiales para el rostro. Los geles que utilizamos para el cuerpo tienen una cantidad muy alta de tensioactivos, y no son adecuados para la piel de la cara.
  • Utiliza productos adecuados a tu tipo de piel. No es lo mismo limpiar una piel grasa que una piel seca, o una piel normal que una sensible.
  • Puedes finalizar la limpieza con un tónico facial, que acondicionan la piel después del limpiador, estimulan la circulación sanguínea en la zona, refrescan y suavizan.
  • Utiliza productos especiales para desmaquillar el contorno de ojos, ya que en esta zona la piel es muy fina y más sensible. Además el pH de los ojos es diferente al resto de la piel, con lo que los productos no específicos pueden causarte irritación.
  • Complementa la limpieza diaria con limpiezas más profundas una o dos veces a la semana, utilizando productos exfoliantes o mascarillas. También estos productos tienen que ser los adecuados para tu tipo de piel.

 

Si tienes la piel normal:

Estás de enhorabuena porque tu piel no te da mayores problemas y puedes utilizar todo tipo de productos. Pero también necesitas cuidados si quieres seguir así durante mucho tiempo. Si no la tratas correctamente, tu piel puede convertirse con el tiempo en una piel seca o incluso sensible.

  • Puedes utilizar cosméticos de higiene facial del tipo que te resulte mas cómodo o más agradable: aguas micelares, geles faciales, espumas, leches limpiadoras, etc. Sólo ten presente que no debes utilizar productos agresivos que alteren la función barrera de tu piel. A pesar de que tu impresión es que tu piel lo aguanta todo, no utilices jabones agresivos y hazte con un limpiador especial para la piel del rostro.
  • Exfolia tu piel una vez a la semana para eliminar células muertas y revitalizar.

 

Si tienes la piel seca:

La piel seca es muy fina, sensible al frío, al contacto con el agua, y soporta mal los agentes limpiadores. Los productos de higiene para este tipo de piel deben contener componentes grasos para compensar la ausencia de grasa en la piel.

  • Utiliza cremas o leches limpiadoras, aguas micelares, aceites o bálsamos, que después se retiran con un algodón.
  • Si utilizas tónico, fíjate que sea sin alcohol, y que contenga extractos vegetales calmantes y suavizantes.
  • Puedes realizar una exfoliación suave una vez cada dos semanas.

Si tienes la piel grasa:

La lucha es contra el sebo que tu piel parece que no se cansa nunca de producir. No utilices productos demasiado agresivos con la esperanza de librarte de la grasa, porque tu piel puede reaccionar defendiéndose y produciendo más grasa de rebote.

  • Limpia siempre tu rostro dos veces al día. Utiliza productos específicos para piel grasa, pero suaves y calmantes, porque la grasa tiene un gran poder de irritación. Puedes utilizar geles, espumas, aguas micelares o jabones suaves. Si utilizas productos con aclarado, hazlo con agua templada, y seca tu piel con una toalla limpia, suavemente y sin frotar. No utilices tónicos que contengan alcohol.
  • Puedes exfoliar tu piel dos veces por semana.

Si tienes la piel mixta:

  • Puedes utilizar productos diferentes para la zona grasa o zona T (frente, nariz, barbilla) y para la zona de las mejillas que sería la zona de piel seca. Pero también puedes optar por productos adecuados para piel mixta, como aguas micelares, geles y espumas suaves, o leches limpiadoras ligeras.
  • La exfoliación facial puedes realizarla una vez a la semana.

Si tienes la piel sensible:

Lo mismo que la piel seca, la piel sensible tolera mal los limpiadores, el frío y el contacto con el agua.

  • Te irán bien las cremas y leches limpiadoras que después se retiran con un algodón. También las aguas micelares ricas en aceites. Productos con elevado contenido en grasas para compensar la sequedad, y que contengan extractos vegetales y activos calmantes y suavizantes.
  • Si quieres exfoliar tu piel, hazlo sólo ocasionalmente, por ejemplo una vez al mes, y con productos específicos para piel sensible.

¿Tienes claro ya qué producto es el ideal para tu piel? 

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