Tienes la Piel sensible si tu piel reacciona exageradamente, irritándose o congestionándose, ante estímulos o agresiones que, en un tipo de piel normal o en condiciones normales, no producirían ninguna reacción.

Hay que tener en cuenta que la piel es un órgano muy grande, y que se encuentra siempre en contacto con el exterior, así que se expone a un montón de sustancias que pueden afectarle.

¿Cómo es la Piel Sensible?

  • Es una piel muy fina, delicada y blanca, de apariencia frágil.
  • Es una piel seca o con tendencia a la sequedad, con bajo contenido en grasa y en agua.
  • Con frecuencia presenta cuperosis (rojeces localizadas en las mejillas).
  • La textura no es uniforme, es ligeramente áspera y con escamas o erupciones. 
  • Tiene tendencia a presentar manchas, rojeces, calor, tirantez…
  • Suele ser propensa a la aparición de arrugas prematuramente.
  • Es una piel desprotegida, más permeable a las sustancias irritantes y contaminantes del entorno, y con pérdida de humedad y por lo tanto deshidratada.

Las causas de la Piel Sensible 

  • Alergias: por ejemplo al polvo, polen, lácteos, alimentos, cosméticos, productos químicos… Si eres una persona alérgica, es probable que también te haya tocado en el mismo lote una piel sensible y reactiva.
  • Cambios hormonales: a veces la piel puede volverse mas sensible en el embarazo, la adolescencia, o la menopausia.
  • Causas psicológicas, como por ejemplo el estrés.
  • Estados de fatiga o falta de sueño.
  • Algunas enfermedades, como por ejemplo la diabetes o la enfermedad renal.
  • Causas externas, por ejemplo, el frío y el calor, la contaminación, el aire acondicionado, detergentes y químicos, diferentes tejidos (es frecuente la reacción a la lana), sustancias que comemos o bebemos como los picantes o el alcohol, y sustancias presentes en los cosméticos.

Cuidado de la piel sensible

La piel sensible puede presentarse en cualquier momento de la vida, desde la niñez hasta la edad madura y en cualquier tipo de piel.

Puede aparecer de pronto y después volver a su estado normal cuando desaparece su desencadenante. 

También puede una piel completamente normal y sana convertirse en piel sensible con el paso del tiempo. 

Si tienes la piel sensible, tu rutina diaria incluye:

  • Limpieza.
  • Hidratación.
  • Utilización de mascarillas calmantes e hidratantes.

Tu piel es sensible al frío y al contacto con el agua y soporta los agentes limpiadores con dificultad. Así que la limpieza debes hacerla con una crema, emulsión o agua micelar que después se retira con un algodón. Los productos limpiadores para pieles sensibles contienen sustancias grasas que compensan la sequedad, además de agentes calmantes y suavizantes.

Después de la limpieza puedes utilizar un tónico sin alcohol, que contenga sustancias calmantes e hidratantes.

Puedes realizar una exfoliación muy suave con productos naturales y especiales para pieles sensibles, muy de vez en cuando, por ejemplo una vez al mes.

Cosméticos para piel sensible

Es importante si tienes la piel sensible, que utilices cosméticos específicos para este tipo de piel. Aunque su aspecto es el de una piel seca, los cosméticos para piel seca pueden no ser adecuados, porque podrían contener alguna sustancia irritante, no ser lo suficientemente calmantes, o  podrían resultar demasiado grasos.

Los cosméticos para piel sensible suelen contener:

  • Ingredientes calmantes y descongestionantes.
  • Sustancias vasoprotectoras para disminuir el edema y las rojeces.
  • Antioxidantes y antirradicales libres.
  • Componentes hidratantes.
  • Compuestos nutritivos que aporten lípidos para favorecer la función barrera de la piel.
  • Ingredientes que refuercen la capacidad de defensa de la piel.

Escoge productos naturales y sencillos, y si es posible sin perfume. La cosmética natural va a ser tu gran aliada para cuidar tu piel y mantener a raya la irritación.