La flacidez de la piel es una de las alteraciones dérmicas que más nos preocupa, tanto a mujeres como a hombres. Consiste en un estiramiento o descolgamiento de ciertas zonas de la piel, que pierden sujeción y cuelgan a modo de “saco vacío”. Aunque también es flacidez la que ocurre en la piel bajo los ojos (las bolsas) que no cuelgan a modo de saco vacío, sino que se llenan de líquido o de grasa.

La flacidez puede afectar a diferentes zonas de la piel, tanto facial como corporal: en la cara afecta sobre todo a pómulos y mentón (zona de la típica “papada”), mientras que en el cuerpo es común en zona del abdomen, pecho, brazos y cara interna de los muslos.

¿Por qué se produce la flacidez?

Las fibras que proporcionan elasticidad y turgencia a la piel son el colágeno, la elastina y el ácido hialurónico. La flacidez se produce cuando se dejan de fabricar con normalidad algunos de estos tres elementos. También puede ser debida a la disminución del músculo o de la grasa que se encuentra debajo de la piel.

Causas de la flacidez

1.- El envejecimiento, tanto el envejecimiento “normal” debido al paso de los años, como el envejecimiento producido por causas externas, como el sol, la contaminación, tóxicos, etc. De hecho, las zonas mas expuestas a la luz solar son las que más sufren flacidez.

A partir de los 40 años, el envejecimiento de la piel se acelera, especialmente en las mujeres debido a la disminución de estrógenos, el óvalo facial va perdiendo tonicidad y firmeza y aparecen los primeros signos de flacidez.

2.- Adelgazamientos intensos, porque disminuye el grosor de la capa grasa que está debajo de la piel, y se produce una flacidez mucho más perceptible.

3.- La pérdida de musculatura, que puede ser muy notoria en las mamas, el vientre, las nalgas y los brazos.

¿Cómo luchar contra la flacidez?

1.- Una dieta adecuada para luchar contra la flacidez. Debemos centrarnos en ingerir la suficiente cantidad de proteínas para la regeneración de nuestro tejido muscular. Las proteínas de origen animal son carne, pescado, huevos y lácteos. Las vegetales están en legumbres, cereales y frutos secos. Aunque las proteínas animales son de mayor calidad, con la combinación de proteínas variadas de origen vegetal se puede conseguir en la práctica una proteína de tan alta calidad como la animal. Las necesidades de proteínas son diarias, porque no se almacenan.

Y junto a las proteínas, una dieta rica en vitaminas y minerales procedentes de las frutas y verduras, así como beber la suficiente cantidad de agua (de 1 a 2 litros al día), para que la piel se encuentre hidratada y nutrida.

2.- Evitar los cambios bruscos de peso, que producen estiramientos de la piel, que después son muy difíciles de recuperar a medida que envejecemos.

3.- Practicar ejercicio físico regularmente, y adecuado para tonificar la musculatura de las zonas que nos preocupan. Incluso en las zonas del rostro, existen ejercicios faciales para fortalecer la musculatura facial.

 

3.- Cosméticos reafirmantes: Los productos “sólo hidratantes” ya no son suficiente en las zonas con flacidez o propensas a ella. Esas zonas necesitan un extra. Los cosméticos reafirmantes lo que deben hacer es mejorar la estructura de la red y recuperar la turgencia. ¿Cómo?

  • Aumentando el colágeno, o impidiendo su destrucción
  • Aumentando la elastina o impidiendo su destrucción
  • Aumentando los mucopolisacáridos de relleno, como el ácido hialurónico.

Ingredientes reafirmantes en cosméticos son:

  • Colágeno
  • Elastina
  • Ácido Hialurónico.
  • Ácido Ursólico: Es un reafirmante muy completo, lo hay de síntesis y también está presente en muchas especies vegetales, como por ejemplo orégano, romero y tomillo.
  • Ácido ascórbico (Vitamina C)
  • Tocoferol (Vitamina E), y los aceites ricos en esta vitamina, como el Aceite de gérmen de Trigo y el aceite de semilla de albaricoque.
  • Alfa-hidroxiácidos, tienen efecto tensor y de relleno de arrugas. Se utilizan mucho en los cosméticos de belleza inmediata o efecto flash. Las primeras aplicaciones pueden causar escozor, por lo que no son aptos para piel sensible.
  • Retinol (derivado de Vitamina A).
  • Galactomanano, se extrae de la planta Cassia angustifolia. Tiene una estructura parecida al ácido hialurónico y tiene propiedades parecidas.
  • Es muy abundante en los extractos de Hiedra y Tomillo.
  • Extracto de Equinacia angustifolia.
  • Extracto de Mimosa tenuiflora.
  • Insaponificables del aceite de aguacate y de la manteca de Karité.
  • Extracto de Lúpulo.
  • Extracto de Centella asiática.
  • Extracto de Ginkgo biloba.

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Para evita la flacidez, la mejor arma es la prevención:  Mantener una dieta variada y equilibrada, realizar ejercicios específicos de gimnasia, y sustituir las hidratantes sencillas por cremas reafirmantes sobre todo en las zonas “conflictivas”.
Isabel Máyikas

 
 

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